Juan Ramón Jiménez

Einige Gedichte auf Spanisch und in deutscher Übersetzung von Johannes Beilharz


Über den Autor

   
   

– No era nadie. El agua. – ¿Nadie?...

   – No era nadie. El agua. – ¿Nadie?
¿Que no es nadie el agua? – No
hay nadie. Es la flor. ¿No hay nadie?
Pero ¿no es nadie la flor?
   – No hay nadie. Era el viento. – ¿Nadie?
¿No es el viento nadie? – No
hay nadie. Ilusión. – ¿No hay nadie?
¿Y no es nadie la ilusión?

– Niemand war's. Das Wasser. – Niemand?...

   – Niemand war's. Das Wasser. – Niemand?
Ist das Wasser denn niemand? – Es
ist niemand da. Die Blume ist es. Niemand ist da?
Aber ist die Blume niemand?
   – Niemand ist da. Es war der Wind. – Niemand?
Ist der Wind denn niemand? – Es ist
niemand da. Illusion. – Niemand ist da?
Ist die Illusion denn niemand?

Viento negro, luna blanca...

   Viento negro, luna blanca.
Noche de Todos los Santos.
Frío. Las campanas todas
de la tierra están doblando.
   El cielo, duro. Y su fondo
da un azul iluminado
de abajo, al romanticismo
de los secos campanarios.
   Faroles, flores, coronas
– ¡campanas que están doblando! –
...Viento largo, luna grande,
noche de Todos los Santos.
...Yo voy muerto, por la luz
agria de las calles; llamo
con todo el cuerpo a la vida;
quiero que me quieran; hablo
a todos los que me han hecho
mudo, y hablo sollozando,
roja de amor esta sangre
desdeñosa de mis labios.
   ¡Y quiero ser otro, y quiero
tener corazón, y brazos
infinitos, y sonrisas
inmensas, para los llantos
aquellos que dieron lágrimas
por mi culpa!
                    ...Pero, ¿acaso
puede hablar de sus rosales
un corazón sepulcrado?
   – ¡Corazón, estás bien muerto!
¡Mañana es tu aniversario! –
   Sentimentalismo, frío.
La ciuded está doblando.
Luna blanca, viento negro.
Noche de Todos los Santos.

Schwarzer Wind, weißer Mond...

   Schwarzer Wind, weißer Mond.
Nacht aller Heiligen.
Kälte. Die Totenglocken
auf der ganzen Erde läuten.
   Der Himmel hart. Am Boden
ein Blau von unten zur
romantischen Beleuchtung
der trockenen Kirchtürme.
   Laternen, Blumen, Kronen,
– läutende Totenglocken! –
... Breiter Wind, großer Mond,
Nacht aller Heiligen.
...Tot wandle ich im bitteren
Licht der Straßen und rufe
mit ganzem Körper nach Leben;
ich möchte geliebt werden; ich rede
mit allen, die mich stumm
gemacht haben, schluchzend rede ich,
rot vor Liebe das verächtliche
Blut meiner Lippen.
   Und ein anderer möchte ich sein,
ein Herz haben und unendliche
Arme und ein unermessliches
Lächeln für die Klagen
derer, die durch meine Schuld
Tränen vergossen!
                            ...Aber vielleicht
kann ein begrabenes Herz ja
von seinen Rosensträuchern reden?
   – Herz, wie tot du bist!
Morgen jährt sich dein Tod!
   Sentimentalität, Kälte.
Die Stadt läutet für die Toten.
Weißer Mond, schwarzer Wind.
Nacht aller Heiligen.

El viaje definitivo

...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol
y con su pozo blanco.

Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuervo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espiritú errará, nostáljico...

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.

Endgültige Reise

... Und ich werde gehen. Die Vögel werden weitersingen;
mein Garten verbleibt, mit seinem grünen Baum
und seinem weißen Brunnen.

Jeden Nachmittag ein blauer, gelassener Himmel;
jeden Nachmittag, wie heute, das Läuten
der Glocken im Glockenturm.

Die mich liebten werden sterben;
das Dorf wird sich in jedem Jahr erneuern;
und in jener Ecke meines blühenden und geweißelten Gartens
irrt nostalgisch mein Geist...

Und ich werde gehen; allein werde ich sein, ohne Heim, ohne
grünen Baum, ohne weißen Brunnen,
ohne blauen, gelassenen Himmel...
Die Vögel werden weitersingen. 

Yo no soy yo

Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pié cuando yo muera.

Ich bin nicht ich

Ich bin der,
der mich unsichtbar begleitet,
den ich manchmal aufsuche
und manchmal vergesse.
Der gelassen schweigt, wenn ich rede,
der milde verzeiht, wenn ich hasse,
der hingeht, wo ich nicht bin,
der stehen bleiben wird, wenn ich sterbe.

Über den Autor

Juan Ramón Jiménez, geb. 1881 in Moguer (Huelva), Andalusien, gest. 1958 in San Juan, Puerto Rico.

Die spanischen Vorlagen stammen aus Diez Siglos de Poesía Castellana, Selección de Vicente Gaos, Madrid: Alianza Editorial 1975. Yo no soy yo wurde 1918 in der Sammlung Eternidades in Buchform veröffentlicht.

   

Copyright © der Übersetzung Johannes Beilharz 2004/2006.

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